El Árbol de Navidad del Rockefeller Center, célebre símbolo del espíritu navideño, se originó durante la época de la Gran Depresión, en 1931. Erigido por los obreros que construían el Rockefeller Center, el primer árbol era un humilde abeto balsámico de 6 metros de altura adornado con adornos hechos a mano. En 1933 comenzó la ceremonia oficial de encendido del árbol, que marcó el inicio de una apreciada tradición. A lo largo de los años, el árbol creció en estatura y magnificencia, simbolizando la esperanza y la resistencia en tiempos difíciles.
En 1942, durante la Segunda Guerra Mundial, se plantaron tres árboles más pequeños en lugar de uno grande debido a las normas de los tiempos de guerra. A medida que la nación se fue recuperando, el árbol recobró su grandeza, convirtiéndose en un faro de alegría y unidad. En la actualidad, el Árbol de Navidad del Rockefeller Center sigue cautivando a millones de personas en todo el mundo, erigiéndose como testimonio de la magia perdurable de las Navidades y del espíritu inquebrantable de la comunidad de la ciudad de Nueva York.