Explorando el caos controlado con One: Number 31, 1950, de Jackson Pollock

Localización: Planta 4, 401, Galerías David Geffen

Uno: Número 31, 1950 muestra la ilimitada energía y emoción que Pollock sintió al crear el cuadro. Creía que la única forma de crear de verdad era estar inmerso en ello.

Sus movimientos y trazos a mano alzada sobre el lienzo, el goteo de la pintura y el esmalte líquido, combinados con los colores y las cuerdas de bandas de longitudes, curvas y estilos variados, le permitieron expresarse y emocionarse verdaderamente a través de su arte.

El cuadro no tiene punto focal, ni principio ni fin; desafía todos los principios tradicionales del arte y abraza el caos y la energía del emergente mundo moderno.

"Estoy más tranquila. Me siento más cerca, más parte del cuadro, ya que así puedo caminar a su alrededor, trabajar por los cuatro costados y estar literalmente en el cuadro". Jackson Pollock, sobre por qué pinta con los lienzos en el suelo.

Pollock se movía con su pintura, como si estuviera bailando, y pintaba con múltiples herramientas, como pinceles secos y endurecidos, palillos y hoces de pavo. Hacía agujeros en el propio bote de pintura, dejaba que goteara sobre el lienzo y dejaba que la gravedad hiciera su magia.

Creaba un efecto de múltiples capas, texturas e impasto en su pintura. Creía que sus cuadros tenían vida propia y que lo único que tenía que hacer era dejar que se plasmara en el lienzo.

Pollock utilizó pinturas domésticas de calidad industrial, concretamente alquídicas (pinturas al óleo modificadas), junto con esmalte líquido, para crear su obra. El cuadro presenta múltiples bandas de color entrelazadas, con una red de líneas y curvas salpicadas y goteando por el lienzo en tonos tostados, azules, grises, negros y blancos. El recubrimiento dinámico, las capas, las salpicaduras y el uso de diversos tipos de pintura y herramientas dan como resultado una textura única, que mezcla elementos densos, brillantes, manchados y dispersos.

No hay ningún punto focal, lo que lleva la atención del espectador a recorrer cada esquina, curva y salpicadura del lienzo. La ausencia de patrones o repeticiones discernibles imparte una sensación de orden dentro del caos, involucrando al espectador en una exploración constante de las complejidades de la obra.

Los conservadores del MoMA comenzaron el análisis y la restauración del cuadro en 2013. Hasta entonces sólo se le había quitado el polvo.

Tras una investigación más detallada mediante radiografía, examen ultravioleta, espectroscopia infrarroja por transformada de Fourier y espectrometría de fluorescencia de rayos X, descubrieron una capa de repinte sobre las grietas que habían aparecido en el cuadro.

Los conservadores del MoMA eliminaron el repinte y lo retocaron con acuarelas para mantenerlo lo más parecido posible al original.

Pollock estuvo muy influido por artistas como el muralista mexicano José Clemente Orozco, Pablo Picasso, Joan Miró y su tutor Thomas Hart Benton. Su estilo evolucionó a lo largo de su carrera, y siguió aprendiendo sobre arte moderno y contemporáneo con la ayuda de su esposa y compañera Lee Krasner. Utilizó su arte como medio de expresión, y trabajó con él también en su terapia junguiana, mientras se enfrentaba a su alcoholismo.

Su arte ha sido estudiado por físicos y neurocientíficos cognitivos, y se ha acuñado el término "Expresionismo Fractal" para describir su estilo. Los resultados del análisis fractal mostraron una serie de similitudes entre sus obras de arte y los fractales que se encuentran en la naturaleza. Cuando los observadores ven sus cuadros, tienen la misma respuesta neurológica que tendrían si vieran fractales que se producen de forma natural o fractales generados por ordenador.

Jackson Pollock fue el artista más popular asociado a este método de pintura, aunque Janet Sobel, pintora ucraniano-americana, fue la pionera. Su estilo influyó enormemente en Pollock después de que éste viera su obra en la exposición "Las mujeres" de Peggy Guggenheim en 1945.

El método del goteo rechaza la pincelada tradicional como forma de pintar y, en su lugar, implica adoptar un enfoque más fluido. Puedes apretar o gotear la pintura directamente sobre el lienzo, verterla y dejar que se extienda por sí sola, o salpicarla con la herramienta que desees. Los efectos creados cambian en función del tipo de pintura, la altura a la que gotea, la velocidad a la que cae y la cantidad de pintura/agua utilizada en el proceso. Crea un efecto único, por capas y texturas, en el lienzo, que es mucho más experimental y fluido.