Fomentando la creatividad con materiales naturales, esta actividad se desarrolla en un espacio de juego natural o seminatural. Los niños construyen fuertes con ramas y troncos para crear refugios como tipis o cobertizos, y también hacen nidos colocando ramitas, hierba y materiales blandos en formaciones acogedoras, parecidas a las de los pájaros, en el suelo.